jueves, 30 de diciembre de 2010
martes, 21 de diciembre de 2010
EL ACTORCITO
Un niño estaba intentando conseguir una parte en una obra en la escuela.
Su mamá contaba que el niño había puesto su corazón en ello y ella temía que no fuera elegido.
El día que las partes de la obra fueron repartidas, estaba en la escuela.
El niño salió corriendo con los ojos brillantes, con orgullo y emoción.
"Adivina qué mamá" gritó y luego dijo las palabras que permanecerán como una lección para mí:
"He sido elegido para aplaudir y animar".
Con los años vamos perdiendo la inocencia, que no es otra cosa que la sabiduría que nos regaló Dios.
Recuerda decir "Gracias".
Su mamá contaba que el niño había puesto su corazón en ello y ella temía que no fuera elegido.
El día que las partes de la obra fueron repartidas, estaba en la escuela.
El niño salió corriendo con los ojos brillantes, con orgullo y emoción.
"Adivina qué mamá" gritó y luego dijo las palabras que permanecerán como una lección para mí:
"He sido elegido para aplaudir y animar".
Con los años vamos perdiendo la inocencia, que no es otra cosa que la sabiduría que nos regaló Dios.
Recuerda decir "Gracias".
SER HUMILDE
Caminaba con mi padre cuando él se detuvo en una curva y después de un pequeño
silencio me preguntó: -Además del cantar de los pájaros, ¿Escuchas alguna
cosa más?... – Agudicé mi oído y algunos segundos después le respondí:
Estoy escuchando el ruido de una carreta.
Eso es- dijo mi padre-. Es una carreta vacía.
Pregunté a mi padre: ¿Cómo sabes que es una carreta vacía, si aún no la vemos?
Entonces mi padre respondió: Es muy fácil saber cuando una carreta está vacía,
por causa del ruido. Cuanto más vacía la carreta mayor es el ruido que hace.
Me convertí en adulto y hasta hoy cuando veo una persona hablando demasiado,
interrumpiendo la conversación de todos, siendo inoportun@ o violent@,
presumid@ de lo que siente y sintiéndose prepotente, tengo la impresión de
oír la voz de mi padre diciendo:
“Cuando más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace.”
silencio me preguntó: -Además del cantar de los pájaros, ¿Escuchas alguna
cosa más?... – Agudicé mi oído y algunos segundos después le respondí:
Estoy escuchando el ruido de una carreta.
Eso es- dijo mi padre-. Es una carreta vacía.
Pregunté a mi padre: ¿Cómo sabes que es una carreta vacía, si aún no la vemos?
Entonces mi padre respondió: Es muy fácil saber cuando una carreta está vacía,
por causa del ruido. Cuanto más vacía la carreta mayor es el ruido que hace.
Me convertí en adulto y hasta hoy cuando veo una persona hablando demasiado,
interrumpiendo la conversación de todos, siendo inoportun@ o violent@,
presumid@ de lo que siente y sintiéndose prepotente, tengo la impresión de
oír la voz de mi padre diciendo:
“Cuando más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace.”
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